viernes, 20 de febrero de 2009

MURMULLOS


Papá, donde dejaste tu correspondencia, lo que no pudieron

llevarse a embriagar el talco de los días, tu cancer referido,

tu destinatario.

Algo te alimenta además de un místico entramado,

algo te hace respirar sobre la máquina ya enferma.

Te miro, quisiera tocarte los cabellos como a un hijo enfermo.

Tengo miedo. Envejezco.

La ciudad no debería crecer, debería quedarse en un momento

solo: La ciudad, esa gran puta, no sabe que nos duele.

Antes de llegar, aqui, existe un lugar donde se come delicioso.

Mario Alonso

No hay comentarios: