Nacido en el seno de una familia humilde, de padre tamaulipeco y madre de texas, Rigoberto Tovar García nace un miércoles 29 de marzo de 1946, a las 12:45 del medio día en Matamoros, Tamaulipas México, la ciudad con la que se fusionó tanto que ahora es inevitable hacer referencia a ambos cuando se ha
bla de cualquiera de los dos.
Es considerado el padre de la música grupera y tropical, un pionero que introdujo instrumentos modernos a la dotación acostumbrada dentro de la música tropical y de la cumbia (guitarras eléctricas, sintetizadores, bajo eléctrico, efectos de sampleo, órganos moog, y batería eléctrica, ellos por los instrumentos acústicos regionales variados en combinación con guitarras españolas y derivados folklóricos junto a cuerdas clásicas variadas que se usaran antes).
Lo verdaderamente característico es que Rigo logró hacer de la música popular un producto moderno sin dejar de basarse en sus formas rítmicas y melódicas musicales, sin recurrir a bases de distinta tradición. Sin ser tradicional, tomando los instrumentos que el momento le ofrecía, trascendió sus bases dándole ese toque que hoy en día es un referente dentro de la historia de la música.
Sarita García Barrón, su señora madre, le puso el nombre de Rigoberto porque le había gustado ese nombre de un trapecista cuando habían ido a ver una función del Circo Unión. Así lo relata don Homobono Tovar Cisneros, su padre, en una entrevista.
Su niñez, al lado de sus padres y sus 9 hermanos transcurre bajo algunas carencias pero, eso sí, con la unión familiar y optimismo característico de una familia trabajadora donde el padre involucraba a sus hijos en el trabajo de la carpintería y la construcción para enseñarles las responsabilidades que hay que afrontar en la vida. Dadas estas carencias, la mayoría estudiaron hasta secundaria. Rigo fue uno de los afortunados por ser uno de los hermanos menores.
En la casa ubicada en la calle primera de mayo (donde “bañaba de polvo sus pies descalzos”) de la colonia Zona Industrial en Matamoros Tamaulipas, a unos metros del Río Bravo y a otros tantos de las vías del tren, crecieron Héctor, Ilsa, Silvano, Elda, Edelia, Heraclio, Marco Antonio, Everardo, Rigoberto y José Ángel Tovar García.