Carlos Monsiváis Aceves (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938 - Ciudad de México, 19 de junio de 2010) fue uno de los escritores más importantes del México contemporáneo. Su capacidad crítica, su estatura intelectual y su peculiaridad estilística lo convirtieron en una de las voces más reconocibles del panorama cultural hispánico. De igual modo, su omnipresencia en múltiples foros (revistas, mesas redondas, programas de radio y televisión, periódicos, coloquios, museos, películas, antologías, prólogos, etc.) lo hizo una celebridad y uno de los personajes fundamentales de la ciudad de México. El escritor Adolfo Castañón, en su ensayo "Un hombre llamado ciudad", lo considera «el último escritor público en México», en el sentido en que "no sólo cualquier mexicano lo ha escuchado o leído, sino que todos pueden reconocerlo en la calle".
Desde muy joven colaboró en los más importantes suplementos culturales y medios periodísticos del país. Estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su amplia cultura, su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis, le permitieron desentrañar los aspectos fundamentales de la vida cultural y política mexicana del pasado y del presente.
Como gran parte de su obra se publicó en periódicos, es difícil tener precisión respecto al volumen de la misma. A pesar de tener múltiples libros publicados (más de cincuenta), la mayor parte de sus escritos no se editaron en libros y sólo pueden encontrarse en revistas, suplementos, semanarios y todo tipo de fuentes hemerográficas. Otra parte de su obra está dispersa en las cientos de entrevistas que dio a diversos medios nacionales y extranjeros. Entre los diarios más importantes de México en que colaboró, se encuentran Novedades, El Día, Excélsior, Uno Más Uno, La Jornada, El Universal, Proceso, la revista Siempre!, Eros, Personas, Nexos, Letras Libres, Este País, entre otras publicaciones. Además, fue editorialista de varios medios de comunicación.
Sus posiciones políticas y su perspectiva crítica lo llevaron, desde el inicio de su carrera periodística, a dar cuenta de todos aquellos fenómenos literarios, sociales y culturales que implicaban un desacato al autoritarismo, el orden establecido y el conservadurismo. De ahí su interés en el movimiento estudiantil de 1968, los ídolos populares (El Santo, Cantinflas), el movimiento feminista, las figuras contestatarias de izquierda y los personajes o acontecimientos que en algún sentido implicaban un avance de las ideas progresistas y un rechazo a toda posición intolerante y retrógrada). De ahí también la importancia que le dio a la promoción de los derechos de las minorías sociales, la educación pública y la lectura.
Otro de sus intereses fue el cine nacional. No sólo escribió múltiples ensayos y acercamientos al tema (el libro Rostros del cine mexicano, por ejemplo), sino que también dirigió por más de diez años el programa El cine y la crítica en Radio UNAM.
Asimismo, fue secretario de redacción en las revistas Medio Siglo (de 1956 a 1958) y Estaciones (de 1957 a 1959) y director del suplemento «La cultura en México» de la revista Siempre! (entre 1972 y 1987). También fue director de la colección de discos Voz Viva de México, de la UNAM.
Practicó diversos géneros literarios (el cuento, la fábula, el aforismo...), pero sobre todo se le consideró cronista y ensayista. De hecho, la parte fundamental de su obra logró una perfecta conjugación de ambos géneros, al grado en que algunos denominan sus textos crónicas-ensayo o croni-ensayos.
Puede decirse que fue el padre de la crónica moderna en México. Sus innovaciones técnicas y la diversidad de registros que pueden observarse en sus textos cambiaron la faz del género de la crónica de manera tal que ningún cronista mexicano posterior a él está exento de su influencia. No sólo eso: la potencia creativa que
Monsiváis le otorgó a la crónica permitió que se le considerara no sólo un subgénero o género menor. La obra de
Monsiváis no puede desligarse del hecho de que la crónica haya sido revalorada en el ámbito literario en México.
Se ha dicho que su obra tiene a un doble registro: los movimientos sociales y los grandes personajes, la política y el espectáculo, la cultura popular y la alta cultura. Para el autor esta doble vertiente era inexistente, pues no hay verdaderas fronteras entre tales fenómenos y contextos. De hecho, ya en su Autobiografía (escrita a los 28 años de edad), escribió: «acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fin de hacerme ver como una mezcla de Albert Camus y Ringo Starr».
Si un elemento recorre toda la obra de
Monsiváis es el humor ácido unido a la inteligencia crítica. Por ello, la ironía es una de las aristas fundamentales para entender sus textos. La ironía como crítica mordaz frente a la realidad intolerable, pero también como regocijo ante el agravio o daño recibidos. Esto es claramente visible en otro de los géneros a los que acudía con frecuencia Monsiváis: la sátira política. En su columna "Por mi madre, bohemios" (que se editó por décadas en diversas publicaciones del país) compila declaraciones de políticos, empresarios, representantes de la Iglesia y otros personajes de la vida pública, mofándose de su ignorancia o de su visión limitada del mundo y exhibiendo la demagogia de las clases que gobiernan al país.
De entre sus innumerables libros destacan Días de guardar (1971), Amor perdido (1977), Nuevo catecismo para indios remisos (1982), Escenas de pudor y liviandad (1988), Los rituales del caos (1995), Salvador Novo. Lo marginal en el centro (2000) y Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000), entre otros. Entre los múltiples galardones que recibió se encuentran el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Mazatlán, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Lya Kostakowsky, el Premio Anagrama de Ensayo y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo).
Carlos Monsiváis fue internado desde el 1 de abril de 2010 en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán" debido a una fibrosis pulmonar. Un rumor sobre su fallecimiento giró en los medios de comunicación, finalmente el rumor fue confirmado por la Secretaría de Salud (México).
Falleció el 19 de junio de 2010 en la ciudad de México, a los 72 años.